Mi madre hacia un pollo en pepitoria delicioso, tengo un recuerdo tan pronunciado de su aroma y textura que aunque la receta es la misma creo que no he conseguido todavía hacerlo como ella...y no lo conseguiré porque ella le daba a todo un toque especial. ¡ Ella era especial !
¡Ah! Os aseguro que vais ha hacer muchos barquitos, la salsa es rica...rica.
Ingredientes
1 Pollo partido en trozos
1 Cebolleta
2 Ajos
1 Vaso de vino blanco
20 almendras
2 Huevos cocidos
2 Rebanadas de pan
Azafrán, perejil, harina, aceite y agua.
Elaboración
Ponemos a calentar aceite en una cacerola en donde pondremos a freír el pollo salpimentado y enharinado, cuando este dorado lo sacamos y reservamos, en el mismo aceite pochamos la cebolla y los ajos cortados finamente, cuando la cebolla este transparente incorporamos el pollo le ponemos el vaso de vino levantamos los jugos y dejamos que se evapore el alcohol, lo cubrimos de agua y lo dejamos que empiece a hervir, mientras en un mortero machacamos las almendras, el azafrán y un poco de perejil lo incorporamos a la cacerola al igual que las yemas de los huevos desmigadas que previamente habremos cocido (las claras las reservamos) lo dejamos cocer y a media cocción freímos 2 rebanadas de pan con cuidado de que solo se queden doradas (si se quedaran oscuras nos arruinarían el color de la salsa) las machacamos en el mortero e incorporamos a la salsa, rectificamos de sal y retiramos del fuego cuando el pollo este cocido. Se sirve con patatas fritas en cuadraditos y con las claras de los huevos picadas por encima del pollo. Mi madre cocía un huevo más por persona y lo servía en cada plato.
El pan frito se pone cuando queremos espesar más la salsa, yo lo pongo siempre porque nos gustan las salsas espesitas.
Si no queremos que se note la cebolla, cuando este pochada en lugar de poner el pollo agregamos solo el vino levantamos los jugos lo quitamos del fuego y pasamos la batidora para luego volver a poner al fuego, incorporar el pollo y seguir el proceso anterior.
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